Al enseñar a los niños a escribir se pueden presentar bastantes obstáculos.  Uno de los obstáculos más grandes que se les atraviesa a los padres y los maestros al enseñar la escritura es cuando el niño simplemente no está motivado a querer escribir. La estrategia para ayudar a los niños a empezar no es por forzar a los niños, sino pensar cómo hacerlo más interesante. Algunos niños también experimentan ansiedad o frustración con la escritura ya que requiere mucha concentración, memoria, y las habilidades motrices que a temprana edad todavía se están desarrollando. Por este motivo al escribir los niños pueden perder la paciencia o su interés al hacerlo si la manera en que se está enseñando no es interactiva. 

La enseñanza pasiva tradicionalmente enseña a los niños a escribir siguiendo al maestro o al padre y utilizando sólo papel y lápiz. Por lo contrario, la enseñanza interactiva se caracteriza por ser un método activo. La instrucción interactiva involucra activamente a los estudiantes en su proceso de aprendizaje mediante uso de audiovisuales y demostraciones prácticas. Al entender la importancia de la escritura interactiva, compartiré una actividad para practicarla  y convertirla en algo divertido.

Necesitarás una bolsa de plástico transparente, gel y pintura para crear una bolsa sensorial. Mezcla todos estos materiales, luego pídele a tu hijo o estudiante que escriba las vocales sobre la bolsa. Para convertir la actividad más desafiante, puedes utilizar Nacho Libro Inicial de Lectura (página 5), ​y realizar la actividad de práctica. Además, puedes usar las palabras que se encuentran en la (página 3) para que tu hijo o estudiante  practique escribiendo sobre la bolsa sensorial. Este es un método divertido para integrar la escritura como una experiencia interactiva que es mucho más significativa que solo utilizar papel y lápiz.

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